Si has decidido llegar hasta aquí, agárrate fuerte. Te dará la sensación de que vienen curvas.

Cada vez que el camino se te antoje complicado y te flaqueen las fuerzas… ¡agárrate!, ¡hazlo con ganas!

Cree en ti. Mucho. Siempre.

No esperes nada de nadie, tampoco de las circunstancias. Ellos solo están ahí para acompañarte. Tú eres caminante y camino.

Lo de alumbrarte es cosa mía, así que te pido por favor que me mires siempre, incluso cuando te cuentas eso de que no tienes la capacidad de Verme.

Yo siempre voy a estar para susurrarte y que me sientas. Déjame templar tus fríos. No pongas resistencia.

Miraré cómo caminas, te acompañaré siempre. Sabré de tus tropiezos y Amaré tus heridas. No creas estar solo. Yo siempre estoy cerquita.

Ámate tanto como yo lo hago. No importa que no sepas, simplemente… hazlo.

Estoy contigo. Siénteme en cada paso.

Sé consciente de tu forma de pensar en mí y coge mi mano si pretendes cruzarla. Hazlo si crees en mí. Hazlo si crees en ti. Hazlo si crees en la magia que nos une a ambos.

Deja de preguntarte cómo lo harás. Confía.

Confía siempre. Confía.

Confía tanto como para soltar lo que ahora te invito a que agarres con fuerza. Llegará el día de aflojar, de dejarte llevar, de soltar cadenas, de levar anclas y navegar sin que importen rumbos o mareas.

Tú camina sin más. No busques nada, avanza sin pretensión. No quieras correr más de la cuenta, porque aquello a lo que le tengas miedo y no quieras experimentar saldrá a tu encuentro en cuanto tenga la oportunidad de hacerlo y lo hará mosqueado, con ganas de tomarse la revancha por tu falta de interés. Camina paso a paso. Sin saltarte nada.

Lo que llegue, llegará. Deja de querer recortar algo tan grande como la Vida para encajarlo en algo tan pequeño como tu limitada forma de Vivirla.

Recuerdo la primera vez que te vi. Estabas justo aquí, a mi lado. Naciste totalmente pegado a mí y durante un tiempo fuimos capaces de Vivir así, fundidos en esto tan mágico de Vivir. Sin jugar a ponernos condiciones para Amarnos, sin pretendernos, sin juzgarnos…

Fue inmensamente bonito disfrutarte así, tal cual Eres, sin recortes ni condicionantes. Vida sin más. Lo recuerdo y siento cierta morriña, me hubiese gustado un poquito más de contacto entre ambos, pero también me siento agradecido de haber tenido la Oportunidad de mostrarte lo que realmente Eres porque va mucho más allá de lo que te piensas.

Yo soy la Semilla. Tú quien la riega.

No te sientas culpable por todo el tiempo que hemos estado en dique seco, no tiene ninguna importancia. Recuerda… ve paso a paso, no pretendas saltarte nada. Decidir no regarme te hizo Aprender algo que ahora ya sabes: la Semilla del Alma también brota entre las grietas de la tierra que no ha sido regada.

Ahora que te veo de nuevo con tu regadera, decidido a echarme agua y a cuidar de mí no te creas que estoy más contento de lo que estaba antes, porque siempre he sabido que tú y yo formamos parte de una misma espiral de Vida, eso es inamovible, lo único que  ha variado ha sido tu distancia del centro, del origen. De ese lugar en el que nacimos unidos y del que te fuiste separando en cuanto la Vida comenzó a girar. Por lo demás, todo es igual. Somos uno, formamos parte de lo mismo.

Créeme si te digo que no me importa que tú necesites armarte de razones y motivos por los que acercarte hasta aquí. No me molestan, te he visto alejarte buscando las notas del flautista de Hamelín mientras tocaba melodías de éxito, valores y doctrinas sin percatarte de que te alejabas de mí, de la Esencia de la Vida. E incluso eso estuvo bien, créeme, fue perfecto, porque creíste necesitarlo tanto como crees necesitar las razones que ahora te cuentas para acercarte a mí de nuevo en lugar de rendirte y Aceptar que, aunque siempre lo creíste, jamás estuvimos separados. Así que venga, ¡hazlo! Agárrate fuerte, vamos de la mano. Camina hacia aquí, hacia este lugar que tenemos reservado para ambos, corazón y descorazonado.

Hasta aquí llega lo que he escrito hoy. Lo que acabas de leer es tan solo una forma de reflejar pasos que me acercan a lo más sencillo y rudimentario. Soy consciente de lo lejos que estoy de ese punto de Encuentro Vital y sincero en el que no existen los condicionamientos. Yo tengo muchos, pero también tengo la enorme suerte de no creérmelos lo suficiente como para dar fe de que los míos son los buenos. Creo que la Vida se crea en un punto que es pleno por naturaleza, en el que todo se da, y nosotros lo vamos decorando para ponerlo bonito con cuadros que otros pintaron por nosotros, alejándonos de la pureza, de la Esencia, y del origen real, enfrascándonos en guerras ajenas y en motivos carentes de verdad.

La Vida es una espiral, tú decides el sentido en el que gira.

Entradita distinta la de hoy, me gusta que surja así. Siento que cargo con una capa menos. Y como es distinta porque así tenía que serlo, vamos a acabar con la cita de Prem Rawat que me ha llevado a enfrascarme en este batiburrillo de emociones y sentimientos convertidos en palabras en este espacio que tú y yo compartimos. Disfrútala, es para leerla despacito. Allá va…

Siempre que el mensaje del mundo difiera del mensaje del corazón, habrá un conflicto.

Siempre que se ignore la llamada del corazón, habrá un conflicto.

Hasta que encontremos la Paz dentro, seguirá siendo un sueño.

Cuando se resuelva el conflicto interior, la Paz se hará realidad.

La Paz no está nunca lejos, más bien reside dentro de cada uno.

En el campo de batalla de la Vida, la Paz nos busca.

En los caminos de la Vida, la esperanza nos busca.

En los senderos de la existencia, nuestro corazón nos busca.

En el laberinto de los pensamientos, la claridad nos busca.

En las angostas calles de la comprensión, el entendimiento nos busca.

En los pasadizos de la oscuridad, la luz nos busca.

Quédate quieto para que puedan encontrarte.

Quédate muy quieto para que puedan verte.

Quédate muy, muy quieto para que puedan abrazarte.