¿Puede un libro cambiarte la Vida? Cambiártela yo creo que no, pero sí que puede ayudarte a desCubrirla y eso, dependiendo del enfoque o de la perspectiva, te lleva a experimentar cambios no ya de Vida, sino de forma de VivirLa.
Eso es lo que he sentido yo con el libro del que quiero hablarte hoy, “Las cinco invitaciones”, de Frank Ostaseski.
Conocí a su autor en una Conferencia que dio en la Universidad Complutense bajo el título “Lo que la muerte enseña”. El día antes de su Conferencia regresé de Barcelona tras haber disfrutado de los III Premios Hospital Optimista. Aún estaba agitada y conmovida por lo que viví en los días previos, por la forma tan intensa que tiene la Vida para expresarse a través de las personas cuando tomamos conciencia de su grandeza y de nuestra finitud, cuando cultivamos y cuidamos de lo que nos une; cuando vamos un pasito más allá del maravilloso Arte de Curar y conseguimos sanar a través de la palabra, de un gesto de bondad, de una mirada. Quizás sean esos pequeños-grandes detalles los encargados de hacernos creer en la Magia.
Escuchar hablar a Frank sobre sus muchos años de experiencia acompañando a personas en el proceso de morir fue sublime. Estremecedor en muchos momentos. Inspirador. Verdadero. Hablaba sobre la muerte y sobre la Vida con una sencillez, con una pureza, era tan realista… No necesitaba armaduras, ni escudos, ni pretendía convencer. Tan solo acercarnos algo: lo que sus años de entrega a los cuidados paliativos le habían enseñado sobre la Vida y sobre nuestra precaria forma de Vivirla.
Por ese motivo escribió “Las cinco invitaciones”. Porque quería compartir lo que la muerte le enseñó para que no nos cueste tanto disfrutar de la Vida, para que aprendamos a Apreciarla, a prestarle Atención. Que no esperemos a llegar al final de nuestro recorrido en el mundo de los quehaceres para decir palabras tan bonitas como Gracias, te quiero o lo siento.
Cuando acabó su Conferencia fui a comprar un ejemplar del libro y le pedí a Frank que me lo dedicase. Esto fue lo que me escribió:
“Gema, let the preciousness of Life show you how to Live with love”
“Gema, permite que la belleza/ el valor de la Vida te enseñe cómo Vivir con amor”.
Y yo sentí que acababa de encontrarme con la sexta invitación.
Hace unos meses leí una frase que me caló hasta el higadillo. Puede que la hubiera leído mucho tiempo antes de lo que puedo recordar, pero por alguna razón la última vez que lo hice fue para hacerla pasar e invitarla a quedarse conmigo. Es esta: “El Amor no duele. Lo que nos duele son las expectativas.” Lo sé, de primeras huele a la típica frase zen de redes sociales. Quizás tú también la hayas leído más veces. Si lo has hecho y no te ha llegado a despertar la curiosidad suficiente como para jugar con ella y experimentarla, te invito a que a partir de ahora lo hagas. Mira cómo te relacionas con ella. Párate y desgránala. Amor Vs expectativas. Pon sobre estos dos términos tu Atención más honesta, más sincera, y descubre lo que para ti significan. Utiliza esta frase como herramienta, déjate acompañar por ella en tu día a día. Cada vez que pienses en lo que te duele el Amor, dale cabida. Total… ¿qué pierdes? (juega también con esta última preguntita)
Te aseguro que hacerlo es brutal, te abre en canal a desCubrir tu forma de Amar, tus necesidades de que te quieran, de que te cuiden, de que te reconozcan. Es intenso, mucho. Duele, sí. Claro que duele. Claro que pica. Pero es tan Vida…
La frase que Frank usó como dedicatoria aquel día se convirtió para mí en una sexta invitación: «Permite que la belleza/el valor de la Vida te enseñe cómo Vivir con amor». Casi nada… Y yo, como soy una chica con suerte, al poco de aquel momento pues voy y me encuentro con la otra frase, la frase perfecta para hacerme Ver y Aprender de mi tendencia natural a confundir el Amor con mi necesidad de que se cumplan mis expectativas de sentirme Amada o querida. Gran suerte la mía.
Compartiré contigo en este rinconcillo cada una de las invitaciones a las que Frank hace referencia en su libro, pero te aconsejo que lo compres y que te dejes inundar por él. Nada de lo que yo pueda reflejar aquí sobre lo que he sentido al dejarme invitar -lo que sus 5+1 invitaciones me han ayudado a Ver sobre mí- va a acercarse ni de lejos a lo que puedas sentir tú leyéndolo. No obstante, lo haré, escribiré. Me apetece mucho compartir mis reflexiones sobre cada uno de los potentes acercamientos que Frank le hace a la Vida. Como arranque, y por ponerte un poquito de miel -muy Viva- en los labios, voy a compartir las palabras que aparecen en la solapa de la portada. Déjate Sentir cuando las leas…
“Imaginar que al momento de morir tendremos la fuerza física, estabilidad emocional y claridad mental necesarias para hacer el trabajo de toda una Vida es una apuesta ridícula.
Este libro es una invitación a sentarte con la muerte, tomar una taza de té y permitir que te guíe a una existencia más significativa y llena de Amor. En realidad, son cinco invitaciones:
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No esperes.
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Acepta todo, no rechaces nada.
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Pon todo tu ser en la experiencia.
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Busca un lugar de reposo en medio de la agitación.
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Cultiva una mentalidad de no saber.”
Creo que este libro debería estar junto a los Vademécum de Medicina de todos los Médicos que pretendan curar para que lo usen como manual, como guía. Llevar estas cinco invitaciones a la práctica, permitirse hacerlo, abrirse a la intensidad de saberse Vida, es también una forma de sanar, pero no solo de sanar a los de fuera, sino de sanarnos nosotros por dentro.
Nuestra biología es una cosa, nuestra Alma es otra. Y Somos ambas. Tenemos esa bendita suerte. Este libro invita a que descubramos que las dos están. Y nos invita a disfrutarlas, a encontrar el equilibrio entre ellas, a fusionarlas. A no esperar a que sea la cercanía a la muerte lo que nos enseñe los valores fundamentales de la Vida, los que no se aprenden, los que simplemente se laten, los que no dependen ni del tiempo ni del lugar; tampoco de las circunstancias. Los que se basan solo en Amar. A los demás. Y a nosotros. A nosotros también. Y no solo a ratos. A Amarnos siempre. Porque nosotros siempre estamos. Somos los únicos que jamás faltamos a la cita con nuestra Vida. Hasta que un día lo hacemos y, en este plano, dejamos de estar. Así que démonos cuenta de algo: este momento, justo este, este en el que estamos, es nuestra única Oportunidad de semillar, de dejar un legado, de cultivar nuestra Vida y sumar en la de los demás. Nuestra huella servirá de molde o referencia para los que vengan detrás, así que no vamos a darnos por vencidos en el Arte de Aprender a Amar. No nos dejemos amilanar. Hagamos que, por sí mismo, cada uno de los pasos de nuestro camino esté cargado de Sentido Vital. Seamos coherentes con la Vida. Dejémonos invitar…
Muy interesante. Me pongo a buscar el libro.
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Cultivar la mentalidad de no saber, buena recomendación!! en eso estoy! en recorrer el camino en paz, con escasos datos de «la topografía de mi mente», dejando que el camino me ilustre sin excesivos anclajes y cuerdas para recorrer el mapa de mi porvenir, con poquitos víveres de mi pasado. Gracias por tus sabias palabras y reflexiones. Tomo tu libro y recomiendo….. dos.
1. Imposturas y 2. Mar ambos de John Banville. dice» A la memoria le desagrada el movimiento prefiere las cosas en quietud, como bellas pinturas donde escudriñar los trazos, las sombras y las luces que acercan o alejan los recuerdos. Gracias Gema mi absoluto reconocimiento.
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