Sobre palabras bonitas…

Sobre palabras bonitas...

Hoy pensaba publicar sobre algo distinto a lo que finalmente voy a compartir.

Cuando tengo planeado escribir a lo largo del día, mientras me organizo y pongo en orden mi hogar y mi cuerpo, también voy colocando lo que me ronda por el corazón porque sé que cuando me sitúe delante del ordenador, a través de sus teclas accederé a esa parte de mí y la mostraré al mundo, así que procuro cuidar del momento y mimarlo. Es la forma con la que consigo que mi latido se muestre tal cual, sin peros.

Ayer pensaba que hoy escribiría sobre otra de las invitaciones que Frank Ostaseski plasma en su maravilloso libro. Me tocaba hacerlo sobre la tercera de ellas: “Pon todo tu Ser en la experiencia”. Aun resultándome súper inspiradora esta invitación y sintiendo unas ganas locas de ponerme manos a la obra, esta misma mañana he cambiado de opinión. «Voy a escribir sobre lo que siento ahora mismo». Lo mismo ha sido la puesta en práctica de la potentísima tercera invitación de Frank lo que me ha llevado a dejarme sentir y cambiar el rumbo de esta publicación… quién sabe.

Hace un rato, mientras hacía una pausita de media mañana en mis quehaceres, me he metido en Facebook y he leído el comentario que mi amiga Sylvia ha escrito sobre una publicación mía en la que la mencionaba. Una parte de lo que ella ha escrito decía así: “No sé si merezco esas palabras tan bonitas, pero me encantan…” Su comentario me ha dejado un tanto descuadrada. Es verdad que en la publicación escribí cosas bonitas sobre ella, pero no dije nada que no sintiese como una profunda y preciosa realidad ¿De verdad puede alguien no merecerse un reConocimiento tan básico y elemental de lo que Es? Mis palabras eran un ínfimo Agradecimiento a todo lo que ella me aporta y me ayuda a Aprender, por lo que su “no sé si merezco estas palabras tan bonitas” me ha llevado delante de pensamientos y emociones que no termino de entender y sobre los que me apetece reflexionar en este post. Así que… hoy toca hablar de la importancia del reconocimiento y también de lo bonito y saludable que es rendir (y rendirse) pequeños homenajes. Pongámonos a ello. Con el permiso de Sylvia –y con el mío también-, me abro paso entre estos pensamientos mañaneros a ritmo de corazón. Comenzamos…

A Sylvia la siento Grande, Gigante. Y las palabras son tan chiquitajas… cabe tan poquito de mi amiga en ellas… Me gustaría saber acogerla mejor, pero no sé cómo hacerlo. Quizá la respuesta a esa duda mía sea el Silencio. Pero no, no quiero quedarme callada, quiero expresarlo, compartirlo, que los demás la sepan. Por eso decidí intentarlo con una escueta publicación en Facebook en la que reConozco su gran Valía junto con la de otros que, como Vida que Son, colaboran activamente con aquello de lo que se saben parte. Sin trabas, sin impedimentos, sin un solo pero. Vida al Servicio de la Vida. Joder, qué intenso, qué bonito, qué Vivo… (Pinchando aquí puedes conocer la noticia de la que Sylvia formó parte)

Después de mi publicación en Facebook llegan las reacciones, entre ellas la de la propia Sylvia: “No sé si merezco esas palabras tan bonitas… pero me encantan”. Leo su comentario y me resulta alucinante. La reflexión me lleva a plantearme por qué nos cuesta tanto reConocernos y aplaudirnos. Y cuando me planteo esto no lo hago pensando en airear el ego y sacarlo de paseo para que crezca, no, estoy hablando de algo mucho más básico y elemental. Hablo de Encuentro, de Agradecernos nuestra Coherencia entre lo que Somos y lo que hacemos. Hablo de digno reConocimiento, de tomar conciencia de nuestro Valor real, ese que no tiene precio y tanto miedo nos da. Porque Verse da miedo, claro que da. Y da tanto miedo Verse a uno mismo como reConocer a los demás. Tanto, tanto, que preferimos aplazarnos. Esperar. Y de tanto esperar, a veces la Vida nos pasa de largo y nos toca conformarnos con lo mucho que hubiéramos dicho y nunca llegamos a pronunciar.

A mí no me apetece esperar más. Porque la Vida no espera a que se me pase el miedo. La Vida simplemente se da.

Sylvia no ha sido la única persona que he visto reaccionar así ante palabras de Agradecimiento o pequeño homenaje. A mi preciosa Vero, ante lo que publiqué sobre ella la semana pasada, le pasó un poco lo mismo, y a otros muchos también. Creo que a todos nos cuesta un poco que alguien alabe nuestro proceder. Pero también creo que, si recibimos esas palabras desde lo que nos une al otro, desde lo que Somos, desde la Verdad, el vértigo ante ellas se reduce a cero. Simplemente se Agradecen porque reConoces la necesidad que el otro siente por expresar y Agradecer la belleza que le muestras, lo que le ayudas a Aprender. Ya está. Desde lo que Somos, las palabras bonitas y los pequeños homenajes no intentan evitarse porque se sienten como un simple espejo en el que cada uno está invitado a mirarSe.

Sylvia es Médico Intensivista Pediátrica. Cada día coge su Alma, se acerca a ella con respeto y humildad y la pone al Servicio de la UCI del Hospital 12 de octubre donde un montón de enanines luchan por sobrevivir.  Me flipa. A veces su cara lo dice todo. Y por si esto fuera poco, no lo hace solo con ellos, se muestra a corazón descubierto ante progenitores, compañeros y amigos; ante cualquiera que tenga la inmensa fortuna de cruzarse en su camino. Dime tú si esto no es Valor del que no puede pagarse. Yo he sido paciente y sé que la Esencia que el Hombre no Ve, el Alma siempre la sabe y profunda e íntimamente la Agradece.

Me pregunto por qué no nos permitiremos más Agradecer y AgradecerNos, por qué no seremos Coherentes con el Amor que sentimos por los demás y por nosotros mismos.

¿Cuántas veces querríamos decir o hacer algo y no lo hacemos porque pensamos que podemos posponerlo?, ¿que ya tendremos la oportunidad? ¿Y si esa oportunidad no llegase… entonces qué? ¿Por qué no nos plantearemos humildemente que este momento es el único en el que sentimos lo que sentimos y también el único disponible para expresar Amor, respeto, orgullo o Agradecimiento? y ¿por qué no nos permitiremos ser coherentes con todo ello?, ¿será el miedo quizá lo que nos paralice? Y si lo fuese… ¿el miedo a qué exactamente?

Tener prisa por decirle a alguien a quien quieres lo mucho que significa para ti porque te da miedo morirte y que esa persona se quede sin saber lo que sientes hacia ella es una mierda tan grande como un piano de cola. Lo Aprendí cuando lo sentí en carne propia, cuando necesité decir te quieros a mansalva o dar “un último abrazo” por si no volvía a tener la oportunidad de entregárselos a personas con las que llevaba posponiendolos muchas más veces de las deseadas por creerme poseedora de un tiempo del que nunca dueña fui. Reconozco que ser consciente de que tu Vida es un regalo que nadie puede asegurarte en un instante distinto a este en el que estás es duro. Pica, claro que pica. Y pica mucho, pero ser honesta y abiertamente consciente de ello es vital para acceder a nuestra única Verdad: la que reConoce “al otro” en uno mismo, lo Acepta, y es capaz de poner en Valor lo que esa persona Es, su Valía Vital, la que no tiene precio.

Esto es lo que pienso y siento a día de hoy. Este post refleja mi forma de Vivir y relacionarme con las palabras bonitas y el Agradecimiento sincero; con esa parte de mí que reConoce la belleza y autenticidad en lo que Ve y desea expresarlo tanto hacia quienes me rodean como hacia mí misma, porque yo también me Agradezco cada paso que doy en mi Compromiso a Ser quien Soy y a actuar en Coherencia.

Así que ahí voy, uniendo mis puntos, saltándome mis miedos y traduciendo al lenguaje de las palabras bonitas la Esencia del Agradecimiento honesto, el que sale del corazón de quien lo entrega y llega hasta el mismo lugar de quien lo recibe. Y mientras, por el camino, el pensamiento le pone mil trabas ¿Un ejemplo?: «no sé si las merezco, pero me encantan…»

Mi querida Sylvia, por mucho que te empeñes, se te ven las alas.

 

2 Comentarios Agrega el tuyo

  1. Julián González dice:

    Gema tus palabras que quieren decir lo que sientes, son verdaderas y dulces, pero no dulces como el azucar, son dulces porque vuestros hechos, los que hacéis siempre, son para mitigar el dolor, y no hay nada mas reconfortante y vital. Gracias, gracias como cada domingo.

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  2. grojol dice:

    Bonitas palabras cargadas de sentimiento.
    Un abrazo

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