El miedo a Sentir

El miedo a Sentir

Tengo la mirada puesta en una caja de caramelos violeta. Al menos eso parece, pero, si cierro los ojos pensando en ellos, es fácil Dejarme Sentir. Para mí no son solo caramelos, son recuerdos, tienen significado. Me saben a épocas pasadas, a momentos bonitos y convulsos, todo a la vez. Me saben a consuelo, a ratitos de mimo. A calma y a desconcierto.

La caja que ahora miro me la regaló Alicia ayer.

Alicia es una de esas Personas bonitas que tengo la gran Fortuna de conocer, una de esas que inspiran a la Vida, a Dejarse Vivir en ella, y a darle la bienvenida a cuanto aparezca por ahí.

Para ella también significan cosas. Ayer, cuando entramos en la tienda donde los venden en Madrid, me contó algo del significado que tienen para ella. Fue bonito que lo hiciese, que compartiese otra de sus partes conmigo, porque me gusta asomarme por sus rincones y ver cuánto cariño florece.

Creo que lo que hicimos juntas en aquella tienda fue abrirle una puerta de color violeta a los recuerdos de nuestra infancia. Sí, eso fue lo que hicimos.

La tienda de caramelos nos pillaba a medio camino entre el sitio al que íbamos a comer y del que proveníamos: el Congreso de los Diputados. Allí, en el Congreso, también estuvimos juntas.

Una de las cosas que más me gusta de Alicia es que tiene una agilidad brutal para “pillar el aire” de las Personas. Sabe encontrarse con ellas, las mira más allá de lo que éstas hacen o verbalizan. Puede sentirlas sin máscaras y a mí eso me alucina. Me encantaría pasar muchas más horas con ella para Aprender de su forma de relacionarse con la Vida

La excusa de ayer para vernos fue asistir y dar apoyo a una realidad que se da en España, el país en el que Vivo. Esa realidad es el suicidio. Y suena duro, sí, pero es real. En mi país se suicidan cada año una media de 3.700 Personas. Escribo esto y el corazón se me encoge.

Ayer se trataba de colocar Luz sobre las sombras que nadie quiere Ver aunque tantas Personas las sufran. Fueron 28 Ponentes. 28 Personas reivindicando que se ponga solución al dolor, a la soledad, al vacío existencial… Pedían medios para acompañar, para poder paliar, y para ofrecer herramientas a quienes lo están pasando mal.

Yo llegué una media horita antes de que comenzase. Me senté y puse mis cosas sobre los dos asientos de al lado para que, cuando llegasen Alicia y Piedad, pudiese sentirlas cerquita. Para mí era un día importante, la Gratitud que Sentía por encontrarme allí no sé explicarla.

Aquello era especial. Había Magia. Miraba lo que me rodeaba y flipaba, me cruzaba con miradas y Veía Almas. La sensación que tenía era que todas las Personas que allí estábamos sentíamos parecido. Compartíamos un Por qué. Hablé con completos desconocidos sobre profundidades del Alma y Sentí regalos que llegaban hasta mí sin que sus portadores se diesen cuenta de que lo hacían. Remábamos a favor de la Vida.

En el Congreso de los Diputados Sentí muchas cosas que nada tenían que ver con la política. Aquella Jornada removía miles de partes de mí. Hubo ratos en los que contuve las lágrimas y también algún otro en el que decidí no darle rienda suelta a mi mosqueo.

Todas las Personas que allí hablaron lo hicieron en una onda Vital similar, pero hubo uno de ellos que, durante su intervención, se refirió a las Personas con conductas suicidas como enfermos mentales. Esto me rechinó. Escucharlo me removió, y es curioso que me agitase así porque yo fui durante una época un claro ejemplo de lo que él con rotundidad afirmaba, pero eso no evitaba mi enfado porque Sentía que mi sufrimiento tan solo sumaba datos a su estadística.

Pasado un ratito, me di cuenta de que lo que me dolía al escucharle no era lo que decía. Lo que me dolía era que él no reconocía la parte de mí que yo, en aquella época, tampoco Veía, pero que ahora Sé que está y siempre estuvo.

Se trata de una dimensión del Ser Humano que no toma pastillas para la depresión o la ansiedad, que no siente que haya nada que curar, que no se toca y que, a día de hoy, tampoco sabemos cómo se mide. Tan solo puede Vivirse.

Este hombre, para finalizar su intervención, rebatió algo que había expresado un Ponente anterior. La Persona que le precedió dijo que el suicidio no era TAN SOLO un problema de Salud mental, ni TAN SOLO un problema educativo, ni TAN SOLO un problema a trabajar en Sociedad, ni TAN SOLO otras muchas cosas, sino la suma de todas ellas, pero él, lo de TAN SOLO, no debió de oírlo bien porque con aire (y expresión) airada le dijo: «Si no es un problema de Salud mental, entonces, ¿qué es?» Y así puso de nuevo sobre relieve su posición al respecto. Mi sensación al escucharle era dolor y enfado a partes iguales.

Después de finalizada la primera parte de la Jornada, durante el descanso, tuve la necesidad de preguntarle a otras Personas qué habían sentido al escucharle, y la sensación general era como la mía. El desconcierto reinaba por allí. Nos resultaba increíble que un experto en suicidio se saltase partes Vitales de una Persona que decide ponerle fin a su Vida. Puede que ese enfoque simplista tuviese que ver con su profesión. Él es psiquiatra y, aunque no me sirvió como excusa, sí me es necesario reconocer que la psiquiatría es una profesión centrada en buscar la enfermedad mental y tratarla.

Lo que él explicaba me parecía razonable si trataba de ponerme en su lugar, pero en el corazón me seguía haciendo daño. Estaba claro que era él, mi corazón, el que me pedía paso.

Existen distintas formas de mirar hacia lo mismo.

Conforme lo mires, así lo Verás.

Eso fue lo que decidí hacer ayer: mirar a aquel hombre cambiando mi forma de mirar, tirando de esa empatía que tan sencilla me parece de establecer con otras Personas pero que con él, sinceramente, se me había hecho bola, y no estaba dispuesta a tragarme el enfado que Sentía sin haberlo masticado bien.

Así que eso hice, me Dejé Sentir y Vi mi mosqueo con todos sus argumentos: me Vi explicándome por qué no era lógico lo que ese hombre decía y mis ganas de que la gente no le creyese del todo, Vi mi falta de comprensión ante el modo y el contenido con el que había asaltado al otro Ponente, Vi cómo intenté confirmar que otros también sentían lo que sentía yo, y otros tantos pensamientos que aparecían por allí para justificar el pensamiento en lugar de abrazar el sentimiento.  Lo bonito para mí de aquello fue que conseguí mirar un poquito más allá de mi pensamiento y encontrarme conmigo.

La sensación de Dejarse Vivir así, sin peros, es preciosa, pero también es dura porque aparecen sensaciones difíciles como la de querer argumentarte sí o sí por qué piensas lo que piensas con tal de rechazar la posibilidad de que seas tú quien da forma a lo que Siente y otras  lindezas por el estilo, pero, cuando te rindes y sueltas las cuerdas que te atan al pensamiento, descubres que cruzando de lo que piensas apareces tú y tú no eres el enemigo aunque a veces te lo parezca.

Ayer Supe que aquel psiquiatra tan solo me invitaba a mirar hacia mi ombligo para descubrir si para mí, empatía y simpatía, significan lo mismo.

Dejarme Invitar por él fue bonito –e intenso-, y eso es lo que me llevo de él, una preciosa invitación a mirarme de puertas para adentro; a Permitirme Sentir(Me) sin peros.

Otra de las cosas que pensaba ayer, y sigo pensando hoy, era en lo que cambian las cosas cuando hablamos sobre cifras en lugar de hacerlo sobre Personas a las que ponemos cara.

Somos muchas, muchísimas, las Personas a las que nos ha tocado Vivir de cerca el suicidio de alguien cercano. Y también muchas las que en algún momento hemos pensado en que esa era la forma más efectiva para dejar de sufrir.

Ayer, una bella mujer, desde el más profundo respeto, nos mostró 13 de los rostros que forman parte de esa dura estadística mientras hablaba. Yo les veía y pensaba en que el mío también podría haber estado ahí y, mientras lo hacía, también pensaba en las Familias de todos ellos, en los amigos, en los compañeros de trabajo, los vecinos, los dependientes de las tiendas a las que iban a comprar… todos ellos son sufrientes, de un modo u otro, de una única realidad: una Persona a la que sentían parte de su Vida deja de estar porque así lo decide. Es brutal.

Lo que voy a escribir ahora soy consciente de que lo hago por pura necesidad y creo que ésta tiene que ver con el sentido de culpa que experimenté cuando quise acabar con mi Vida. Yo no buscaba que mis seres queridos se sintiesen culpables por lo que yo sentía, pero, al mismo tiempo, creía que era inevitable.

Soy consciente de que ahora escribo teniendo una perspectiva de mí que en aquellos momentos me parecía imposible Sentir, pero deseo dejar algo claro: sigo Siendo quien Era entonces. Lo único que ha cambiado es mi forma de relacionarme conmigo.

Ahora me Permito Sentir lo que Siento, antes tan solo le tenía miedo. Un miedo aterrador a Vivir, a Sentir, y me CREÍA – ojo con lo que esta palabra significa-, incapaz de superarme, de Amar(Me), y de encontrarle Sentido a mi Vida.

Allá voy con lo que quiero decir…

A día de hoy SÉ, con el corazón bien abierto, que sólo yo me puedo ayudar, que nada de lo que otros hagan, escriban, estudien, publiquen, me digan, o intenten hacer por mí, conseguirá moverme del lugar en el que mi cabecita esté situada si yo no estoy dispuesta. Si yo me cierro el candado, ni tú ni nadie podrá acceder a lo que Siento para Sanarlo. Tampoco yo.

Puede que esto te suene raro (y más siendo este blog un lugar en el que invito a explorar distintas perspectivas de Vida porque creo que hacerlo puede servirte de algo) pero estoy profundamente convencida de que nada de lo que Sientas al leer lo que yo escribo tendrá que ver conmigo. Eres tú quien se lo Permite, quien lo Siente, y lo que Sientes tú tiene que ver contigo, igual que lo que yo Siento tiene que ver conmigo. Esto me parece importante, bonito, y jodido de asumir a veces porque echa por tierra tanto los egos propios como las esperanzas de fuera, invitándote a que descubras tu propia Fuerza.

Yo siento que Dejarse Sentir así, en limpio, es la base de algo que me gusta denominar Fuerza Vital porque es la que hace que sientas Confianza en lo que Eres sin necesidad de tener que fundamentarte con lo que haces, con lo que tienes, o con lo que piensas.

Creo que encontrarte con esa parte de ti,con tu Fuerza, y Permitirte mirar a través de ella hacia todo cuanto te rodea, produce un cambio en lo que Ves porque sueltas la necesidad de que ese cambio se produzca. Es muy loco, pero es real.

Cuando dejas de buscar sentir algo que no sientes y te Permites Sentir lo que estás Sintiendo, una nueva visión de eso a lo que miras aparece ante ti y descubres que lo importante no es lo que miras, sino el espacio Vital de ti desde el que te Permites hacerlo. Y te aseguro que en ti existe ese lugar en el que todo, absolutamente todo, lo que Sientes es amablemente recibido.

A estas reflexiones tan intensucas me ha llevado mirar una cajita de caramelos con forma de violetas, ¡¡casi ná!! Hay que ver lo que da de sí esto de Permitirse Mirarse con mimo y Dejar que salgan las palabras que tengan que salir…

Me siento profundamente Agradecida por lo que Vivo, así que aquí va una rondita de Gratitud Compartida por los grandes Regalos de ayer…

Gracias, Alicia, por traerme reflexiones con sabor a caramelo de violeta.

Gracias, Piedad.

Gracias, Andoni.

Gracias, Víctor.

Gracias, Gorri.

Gracias, Sergio.

Gracias al psiquiatra que me invitó a mirar. Siento no recordar su nombre.

Gracias a las Personas que estuvieron allí y a las que no pudieron hacerlo.

Gracias a cada latido que conectó con el mío.

Gracias a cada una de las miradas que los acompañaban.

Y Gracias grandes (muy grandes) a ti, no imaginas lo que significa para mí tener la oportunidad de Compartir esto contigo.

2 Comentarios Agrega el tuyo

  1. Ángel dice:

    Querida Gemita, pues no puedo más que agradecer también tus palabras por lo que recuerdan. Perder el miedo a sentir te coloca en el lugar donde permites que la experiencia surja, lo que me parece una expresión maravillosa de libertad. Gracias por escribir desde el corazón.

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  2. Raquel dice:

    Me encantó leerte de nuevo🙇‍♀️

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