Las Alas de David

 

Las alas de David

– ¿Puedo abrazarte?

Se lo pregunté porque necesitaba acercarme a lo que sus ojos y su forma de pintar me invitaban a mirar.

Observaba sus manos y le imaginaba creando el cuadro que media horita antes me enamoró… eligiendo sus colores y texturas, combinándolas entre sí y haciendo que aquella mariposa imaginaria desplegase sus alas para permitirme volar entre ellas hasta alcanzar a la persona que la creó.

Conocer a David, el autor del cuadro que ahora disfruto en casa, fue una experiencia de esas que le suma a la Vida y enriquece el Alma. Nunca antes había tenido la oportunidad de adquirir una Obra de Arte y, apenas unos minutos después de hacerlo, compartir un ratito de charloteo con su Autor.

Mirar a alguien con profunda admiración es algo tan intenso… tan sumamente bonito…

Yo creo que la admiración es el reconocimiento a la potencia de la persona que tienes delante y consigue que un momento a su lado, una mirada o un puntito de conexión se llenen de Agradecimiento por lo que te permite Ver, por el ejemplo real de fuerza, coraje, perseverancia y capacidad que te muestra. La admiración es un regalo que te hace la Vida para que tú también te animes a expandir lo suficiente una posibilidad como para convertirla en hecho. La admiración es una invitación a conocer la capacidad real del Ser Humano desde la amplitud del Ser que Somos, permitiéndonos conocer y Amar sin condiciones la forma Humana en la que nos alojamos.

Creo que una parte de David está en mí, o lo mismo soy yo quien está en él. O puede que él y yo seamos lo mismo con una forma distinta. O incluso que nuestra forma no tenga nada de distinta pero así la queramos creer. El caso es que yo le miro y me veo. Veo su arte y me siento. Le miro a él y me puedo Ver.

Los dos charlamos un ratito en aquella Sala de Arte y, entre otras cosas, me contó que le gustaba dibujar espirales. Decoró un paraguas con ellas. No sé cuántos dibujos más habrá creado David en ese Aula de Vida en el que él y yo nos Encontramos, pero él decidió que lo que iba a contarme versaría sobre collares, mariposas, y espirales. Creo que él también me intuía.

La mariposa es el animal que más me gusta junto con la orca. La una me resulta cálida y acogedora, rasgadora de miedos, sencilla y decidida a dejar que la Vida la cruce hasta llegar a transformarse en lo que Es. A la otra la siento capaz de generar miedo, la veo fuerte, potente, fría y voraz. Sin embargo, creo que la calidez de la mariposa también la tiene la orca cuando cuida de sus crías y que la fuerza bruta del cetáceo que salpica con blancos sus partes más oscuras se queda pequeña al lado de la Fuerza serena y tranquila que muestra la mariposa al transformarse. Quiza todos nosotros tengamos algo de ambos animales… la capacidad de generar el miedo voraz y la posibilidad de Aceptarlo, Vivirlo y Cruzarlo hasta convertirnos en lo que Somos de verdad.

David también me habló de collares, yo no los suelo usar. A diario solo me acompañan complementos que lo hacen por lo que para mí representan y no por su capacidad de adornar. No me los quito ni cuando combinan como un huevo y una castaña con la ropa que visto.

Creo que los collares son también una forma de expresión. Creas a través de las cuentas que engarzas, determinas materiales, longitud y el color que más se acerca al collar que tú sientes en tu cabeza y, simplemente, dejas que tus manos le den forma a tu idea. Me resulta bonita la creatividad, tenga la forma que tenga.

La última cosa de la que David me habló fueron las espirales. Me encantó que lo hiciera porque yo siento que la Vida tiene esa forma. Al menos así la Veo yo, como un campo infinito de posibilidades por el que camino, en movimiento constante, cónica y Viva.

Sin embargo, yo transito por la grandeza de una Espiral repleta de posibilidades desde mis pequeñeces, creyéndome a veces que el trocito de Ella que veo es lo único que tiene para mí, ya que plantearme algo distinto, abrirme a conocer mi potencial, hace que me cague viva mirando a la inmensa espiral de Vida en la que estoy, de la que formo parte y que me incluye completa porque Ella sabe más de mí de lo que sé yo.

Qué bonito Encontrarse con Artistas que reflejan Vida y tener la oportunidad de escucharles hablar de «nuestros» collares, mariposas y espirales…

Todo esto que lees lo escribo tal día como hoy, un 16 de febrero del año 2018, pero fue ayer cuando sucedió. Lo que me llevó a desCubrir las alas que David tenía para regalarme fue una Conferencia a la que me invitaron en la Fundación Juan XXIII… La inspiración para disfrutar de lo importante corrió a cargo de la Maestría de mi querida y admirada Amiga Paloma, y las encargadas de generar el espacio y el momento para invitar a la Vida fueron dos personas muy bonitas de la Fundación: Mar y Cristina.

Esa invitación fue el motivo que me llevó a conocer una pequeña parte del trabajo que realiza esta Fundación en un día como el de ayer, un 15 de marzo cualquiera, que dejó de ser tan “cualquiera” en cuanto le puse la Atención necesaria como para disfrutar de cada momento, por el simple hecho de que es el único en el que estoy. El único en el que puedo Aprender y Aprenderme.

Es bonito dejarse Sentir así, a cada momento, sin sentenciarnos al juicio o al condicionamiento. Hacerlo consigue que un abrazo sepa a Encuentro, una mirada a reconocimiento y un Gracias a corazón sincero.

Las alas con las que David me acarició invitan a eso, a volar sobre el miedo a SentirNos y así reConocernos, a desplegar ante la Vida nuestra capacidad para Vivirla tal cual, como venga, sin remilgos ni monsergas. David es Maestro sin saberlo, no le importa lo que Aprendas, no le pone condición a lo que te da; él simplemente te lo muestra.

  • “Si quieres, cuando vuelvas, te enseño a pintar”

Esta frase fue otro de los regalos de aquel día cualquiera en el que David hizo que, una parte de sus alas, yo también las llevase puestas.

2 Comentarios Agrega el tuyo

  1. Pitusa dice:

    Hermosa carta gracias por tu sensibilidad.

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  2. Julián González dice:

    Gracias la sensibilidad es tan escasa como rara, por lo tanto valiosa como los diamantes. Derrochas cosas buenas que curan el alma, gracias de nuevo por tanta generosidad.

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